Dos, quizás tres, caras ven mis ojos
Se reparten una y una, medio y medio
Aunque no han de notar alegría o gozo
En el rombo de un abrazo ven el cielo
De la ajena boca emergen palabras
Que fueron ya dichas otrora
En algún desconocido reencuentro
Y en una determinada hora
Y así continúa el protocolo
Y se repiten las sonrisas vez tras vez
y por un instante me siento solo
y deseo alejarme otra vez