El haberme acostumbrado
a tu presencia,
cuesta resignarme
a esta ausencia,
cuando tú no estás.
Quisiera cantarte canciones
de amor... ésas, inolvidables,
que juntos escuchábamos,
y que con ellas danzábamos,
con nuestros pies,
sobre una pista,
o en casa, sobre
ese piso que tú
con tanto amor
limpiabas, en tal forma,
que podía usarse de espejo.
Espejos que estaban en casa,
reflejando tu figura,
mostrando tu desnudez,
mostrándote toda...
Hasta cuando hacíamos
el amor, escuchando
bellas canciones,
y cuando también
esos espejos reflejaban
mi desnudo cuerpo,
unido al tuyo,
cuando las inspiradas canciones
nos impulsaban a hacer
el amor, allí, delante de él...
Completamente desnudos
gozando del gran placer
de amarnos... entregándote mi todo...
y tú entregándome
todo tu desnudo cuerpo...
Cuando tú no estás,
escucho nuestras antiguas
canciones de amor...
y el espejo,
solo refleja mi imagen,
vestido, soñando
y recordando
nuestros desnudos,
haciendo el amor,
frente a él...
Nuestro espejo que captaba
todos nuestros
momentos de amor
y de placer...
Tú no estás,
mi cuerpo enardecido,
espera que vuelvas,
mi amada mujer ausente.
Derechos reservados de autor( Hugo Emilio Ocanto - 29/04/2014)