...O si algún día el alba te acompaña
con un leve apetito de mí
Y te levantas sonriente,
recordándome
Arrullando en tu repaso
mis caricias entregadas.
O te cantan una canción
Y resuenan las mañanas juveniles
de inocencia en el colegio
tú mirándome,
yo mirándote
Y se enciende en tu deseo
un leve deseo de verme
o de escucharme…
No lo dudes,
Llámame.
Y ahí estaré para ti.
Sin condiciones.