Neptuno

El poeta a su amada

CAMA MEDIOVACÍA:

Amada, ayer te busqué entre las sábanas; te busqué pero tú no estabas. Y sólo el perfume tuyo impregnado en la cama, me recordó los momentos cuando nuestros cuerpos por la pasión se calcinaban. Amada, no logro conciliar el sueño; y me aterra pensar que podrías tener otro dueño, cada instante se hace eterno, y ya no soporto más este frío infierno. Amada, esta es la última prosa que te escribo; y tú sabes bien porque lo digo, ni una sola correspondencia tuya, todas mis cartas ignoradas por tu inclemencia. ¿Hasta cuándo?