LIZ ABRIL

AUSENCIA

 

Lo sabe el viento al cantar mi tristeza,
mi alma indefensa que muere de frío,
la lluvia al caer que sella el hastío,
mi piel que ansía un poco de tibieza.

Mi sombra te busca... mi boca reza
este dolor de no sentirte mío,
hora tras hora este cruel desafío,
de vivir pendiente de una promesa.

No estás aquí. Lo perciben mis manos
y mi silencio que te nombra en vano,
la tierra yerta que besa mis pasos,

también las estrellas que oyen mis quejas,
el rocío, el alba y la casa vieja...
¡y el cruel vacío que ahueca mis brazos!