Va caminando el pobre peregrino
llevando sobre su espalda una pena
y mientras ese dolor lo condena
va orando y alabando al Dios divino.
Mi madre me habrá bendecido tanto
que ya tengo protección celestial
con esa gran belleza maternal
ella va eliminando mis quebrantos.
He visto llegar a la primavera
trajeada con sus miles colores
y trae caramelos de sabores,
con la presencia suya tan fiestera.
Bailaba muy contenta la hoja seca
los melodiosos silbidos del viento
dejando en su rítmico atrevimiento
a la maltrecha y triste rama, chueca.
Todos los huevos fueron empollados
sin reparar en formas ni tamaños
y después nos resulta más que extraño
que salgan los pollitos tan variados.
En los siete días de la semana
no haya que hacer el señor haragán
él dice que trabaja con afán
pero todos miran que no hace nada.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Bajo el Número 55620414
Maracaibo, Venezuela