Creo que lo había esperado desde que tengo uso de razón, tal vez antes, tal vez después, no lo sé...
Creo que fue un día que estaba junto a mi ventana y pensaba en el cielo, en las flores, no sé pensaba en los pájaros...
y entonces vi el otoño junto a mi ventana, veía como los arboles soltaban sus hojas amarillamenteanaranjadas y llenaban la ciudad de un hermoso color, y vi como el cielo encendía un bellísimo color rojizo... era una tarde con una combinación de colores perfectos, era como si todo lo que yo esperaba se uniera en un hermoso momento… tan eterno tan infinito, tan fugas, tan pasajero, tan caóticamente perfecto, era como si en algún momento hubiera decidido que iba a entrar en un cuadro como esos que pintan los artistas a diario y hubiera querido vivir ahí por siempre y simplemente me dio la gana de ser feliz.
Y entonces pensaba en todo pensaba en que quería ser un pájaro o tal vez una mariposa, a veces creía que estaba muerta a veces me sentía más viva que nunca constantemente veía mi reflejo, en ocasiones sentía nostalgia, emoción, era algo así como felicidad pero con un poco de melancolía…
Me quedaba largos ratos mirando al cielo, cada vez me convencía más de que realmente lo que quería, todo lo que soñaba estaba en ese momento en ese lugar, en ese otoño ardiente.
Era un día cálido, no muy frio, no muy caliente, supongo que todo estaba en su “justo medio” por eso tan perfecto, tan maravilloso, tan irrealmente verdadero, en ese momento creo que las verdades absolutas existieron solo en ese fugas momento nada era superficial todo estaba tan claro, creo que ya había decidido que iba a quedarme ahí por siempre, no me importaba nada más y si era un sueño, definitivamente no tenía miedo de soñar eternamente tal vez por eso ahora veo todo de una manera distinta, creo que por eso puedo quedarme horas mirando al cielo sin pensar en nada más que en ese día, supongo que esperare por siempre ese hermoso, perfecto y amarillamenteanaranjado otoño…