Estoy perdido entre noches de cíclopes
con sus tres ojos mirando al occidente.
Una luna de senos turgentes se embrutece
acariciando sin querer los ojos del cielo.
Hay un millar de faros encendidos
y el mar con sus olas los va apagando.
Cuelgan bizarras antorchas de cada espacio
entre distancias de abrazos montaraces.
La incoherencia cae entre los poetas
que nunca las buscaron entre las letras.
Hay incongruencias de lógico estilo barroco
que dicen oprimidas, suplicantes, plegarias al cielo.
Oprimidas nubes de cenizas se van erigiendo
sin nombres precisos entre ellas y son mortales.
Lánguidas torturas han soportado y soportan
entre historias de hambre y sed de justicia.
Ya están muertos de nada sirven sus lamentos
a menos que sean históricos clamores de alertas
que entreguen sus míseros relatos y dolencias
para abrirles los ojos a los humanos.
CARLOS A. BADARACCO
29/4/14
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