AMOR EN UN PUERTO
Tristes recuerdos llegan a mi mente
desde la línea de tu lejanía,
yo, de este lado sólo con mi gente,
buscándole una cura a mi agonía.
Hoy, ahogándome estoy en una desolación...
porque ésta, ha invadido el alma mía
y me he perdido en el bosque de la razón,
haciendo cada mañana más fría.
Triste, es saber que ya no estás conmigo,
que ya no seré tuyo ni tú mía,
que ya tu cuerpo no será mi abrigo
y que sin ti, mis manos están vacías.
Mi cuerpo y mi alma muchas veces poseíste...
fui tu manantial descubierto, ahora, soy desierto;
tú, el jardinero de mis flores, las que ya perdiste,
porque hoy, viajamos en alas de un destino incierto.
Recuerdo con nostalgia aquella tarde
en la cual te compré tan linda blusa,
ahora ese recuerdo en mi pecho arde
hoy, que no sé si todavía la usas.
Sí la tengo y la guardo bajo cerrojo,
porque aún en mi piel vibra ese momento...
cuando desabotonaste en ella, tus antojos...
tarde aquella... y testigo es ella; no te miento.
A veces en silencio me pregunto
por qué no podemos continuar,
si a nuestro amor no le hemos puesto punto,
ni suspensivos... ni final.
Es que siempre, la vida nos ha de separar,
pero nuestro amor ya es un libro abierto,
un cuento de soles, lunas y mares por navegar...
para amarnos... nuevamente en algún puerto.
Autores: Lisbeth Camargo (Venezuela) & Jareth Cruz (Costa Rica)
19/04/14