margarita 26

AL MAESTRO DE DANZA

Quedan pocos minutos,

la función va a empezar ….

Quedan escasos segundos,

 la danza a su fin  llegará.

El telón se cierra.

y todo el  sentimiento manifiesto

        en el escenario con él se cerrará.

Y nuevamente todo,  comenzará   …

Las  manos, los pies,  los brazos

Marcarán los pasos de un nuevo compás.

Los  pensamientos no paran…

y la imaginación se encumbra más y  más…

Y otra vez  Zarandeos,  zapateos,

giros en torbellino, en  punta y media punta

Todo combina, cala,  vuela…

Otra vez quiere brillar, sin dejar de danzar.

Cierra los ojos y la melodía poco a poco.

Lo lleva a sublimar y  una nueva danza

empieza  a fantasear  …

una y  otra vez,  se repite  el rito.

el público aplaude,  la danza transporta …

La función termina.  Las luces se apagan.

La multitud se retira …

Solo, extasiado. De  frente al  escenario.

Lleno de  recuerdo,…  invadido de  afectos,

... Tantos que quedaron en el camino...

Emergen  sus alumnos ...

niños, jóvenes, estrellas

¿Lo recordaran?

¿Sabrán  que detrás de sus  silencios,

de sus retos, de sus protestas,

de sus pocas sonrisas y sus calladas lagrimas?-

Hay un hombre integro.

Sabrán que con la vida  aprendió a bailar,

a crear, a enseñar

y les entregó  todo,  o nada,

o solo lo que sabe dar…

Una zamba carpera, una cueca, 

un gatito, o un valsecito,

de esos que hasta el alma sale a bailar.

Y todo el  ímpetu  de quien nació para bailar.

Sabe  que la danza, es la única mujer

que callada, devota,  siempre a su lado está.

La noche, la soledad, el talento,

siempre  lo acompañan.

Y en el nuevo día otrora música silba,

y una nueva danza

con renovados alumnos

volverá a deslumbrar.

Y el maestro sabe que infatigable,

nuevos  compases

 cual  caminos ha de marcar.

 

                                                                             Margarita Monsi