Gracias a los avances de la ciencia
ella lo conoció a el
y el a ella.
Ella le hizo saber de las estrellas
el le habló de amor a la primera.
Ella le enseñó el misterio de las cuatro puertas
el le hizo el amor con un poema.
Ella le habló de duendes y ciudadelas
el le pidió una cita para quererla.
Ella despertó y le dijo que se viniera
y el tomó pasajes de ida y vuelta.
Ella al llegar lo besó con el alma entera
y el le correspondió como hombre a hembra.
Después de cuatro noches que dejan huellas
el se marchó al país de su procedencia.
Ella quedó enamorada como una doncella
y el quedó enamorado y es una pena
que el viva en Nueva York
y ella en la selva.
El no era Tarzán
ni ella era Eva.
Ambos creyeron un día
que el amor no tenía fronteras.