Bajo tus protectoras alas mi miedo se desvanece y tu canto me adormece como a una niña.
Siento mi alma elevarse al cielo sin esfuerzo alguno y bajo tus blancuras, cerrados mis parpados están.
Revolotea por donde quiere sin hacer preguntas y las estrellas curiosas la miran en silencio.
Ella salta, baila y corre sin detenerse, le llama todo su atención!
Mientras, mi cuerpo yace sobre tu pecho y concibe los pálpitos de tu cansado corazón.
Tu suave mano acaricia mis mejillas y una pequeña sonrisa en mis labios se posa como una mariposa.
La fragancia de tu piel, como un camino de rosas delega mi olfato y tu gran sabiduría en mi mente habita.
Tan segura me siento con tu aura de león!
Garras y dientes, por mí sacarías y tu vida me darías, si así D-os lo querría.
No se ven tus lágrimas ni tú roto corazón, pues no fácil fue la vida que se te proporcionó.
Tu existencia, tu amor incondicional, es lo más maravilloso que poseo.
Gracias amada mía, gracias Mamá.
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