El día del reparto de cerebros, caras y consciéncias...llegué tarde.
El correspondiente a las verguenzas, dignidades y esas cosas...llegué tarde.
Repartían intuiciones, formalidades y destrezas...llegué tarde.
A la cita con el fiel de la balanza...llegué tarde.
Al destino, al deseo, a la promesa inquebrantable...llegué tarde.
Si no es muy tarde, intentaré cambiar de hábitos...