Txema Anguera

Y llegué tarde.

El día del reparto de cerebros, caras y consciéncias...llegué tarde.

El correspondiente a las verguenzas, dignidades y esas cosas...llegué tarde.

Repartían intuiciones, formalidades y destrezas...llegué tarde.

A la cita con el fiel de la balanza...llegué tarde.

Al destino, al deseo, a la promesa inquebrantable...llegué tarde. 

Si no es muy tarde, intentaré cambiar de hábitos...