He comenzado a levantar los muros
de una pared de ocasos derrumbada.
He comenzado a ver el sol sin un suspiro
y permanece en pie mi alma clara.
Ya no opacan las tempestades el fulgor de una mañana
y en esta calle, de esta ciudad abarrotada,
ya no se esconde el brillo de una mirada.
He comenzado a desvivirme los años tan vacios
o llenos de dolor que desangraba.
He comenzado a dar los pasos del camino
que dejé en una noche trasnochada.
H. S. S.