No voy a vivir para siempre, pero mientras esté aquí,
no perderé tiempo en lamentarme por lo que pudo ser,
o preocuparme de lo que será.
Trataré de Amar sencillamente.
Amar generosamente.
Hablar amablemente.
Y el resto, dejárselo a Dios.
Qué bello es contemplar las flores y aspirar su fragancia.
Qué bellas son las mariposas que vuelan de flor en flor.
Queridos amigos,
disfruten sus años de vida y no se preocupen por haber perdido su juventud.
Sonrían cada mañana,
porque Dios se despierta antes que nosotros para colgar el sol y poder verlo desde
nuestras ventanas.
“Si vives cada día como si fuera el último, seguramente algún día tendrás razón.”