Ayer ti ví castigado
por la vida en la locura
cuando te había conocido
siempre listo y en frescura
Cuantas razones tenian
al sazonarnos la vida
en ese banco tan negro
de la escuela nacida.
Te admire tu prestancia
esa alegría sonora
eras pura elegancia
con esa canción soñadora
Nuestros sueños llegaban
a las mentes como niños
los montes ya estaban
llanos por los chiquillos.
Que pasó no lo entiendo
el poco tiempo al pasar
al mirarte estoy sabiendo
lo rigores del andar
Bajo la intensa lluvia
fría y atormentada
tibia rodó mi cara
una lágrima derramada.