Alejandrina

TE AMÉ

 

Te amé cuando te vi venir,

pequeño y doliente

traspasado de ocasos

traías la lluvia dentro de tus ojos

mi corazón rielaba sobre tu figura

porque te esperé con paciencia de loto,

bordando ángeles nuevos sobre el estanque.

 

Te amé como las montañas aman

el desenfreno del viento

pequeño viandante de mayo,

la mano que habita en la caricia

usted...

que va poblando de campanas

con cada roce de sus labios

mi otoñada piel.

Címbalos paganos

arrasan las ultimas flores de abril

en un rito como de conjuro ancestral

cantan un himno nuevo…

¡Aquí se está forjando un amor de esos intensos!

de metal duro

arado profundo

levantando espuma negra.

 

Yo bebo de tus menguados soles

y nuestras manos soledades,

al unirse…

¡Soplan la chista de la fragua!

y los sueños que yacían descalzos en el camino

se preñaron de luz con este pequeño

haz de espearanza.

 

Alejandrina.