Este dolor que envuelve mi alma es tan intangible, no podre nunca remediarlo. Siento la embriaguez de la desesperación, quiero que la desolación entre en mi casa, que consuele este alma que indolente creí, pero no es más que una espalda descubierta lista para recibir latigazos del destino, de la carencia, de la ignorancia... Mi postrera soma insiste en torturarla ¡como quisiera liberarla! no puedo siquiera contener su grandeza. ¿Lograre soportar su intensidad por mas tiempo? deseo morir, deseo no sufrir mas ¿pero seré valiente? No, si lo fuese no sufriría por este condenado dolor intransigente.