Nhylath

Realidades... agridulces

 

Un soplo impregnado de vida

nos despierta del dulce sueño

acumulado en el vientre materno

para después pasearse

por el etéreo tiempo

danzando y revoloteando

hasta desaparecer en el infinito

 

El tiempo dibuja en el espacio

la rotación del reloj que va marcando

el ritmo de la vida

día a día sin descanso

 

Nuestros frutos habidos

crecen y se desarrollan sin darnos cuenta,

así como sin esperarlo, nos dejan

para sembrar sus semillas

en sus propios huertos

 

Es un eterno vaivén a la suerte,

si al corazón llega el amor, el encantamiento,

puede ser que en el camino

se debilite rompiendo su embeleso

o crezca su fulgor de tanto amar

 

En el crucero de la vida

encontramos amores y amistades,

amores que nacen y mueren

como la \'\'flor de un día\'\'

y amistades que perduran,

unas, polutas de traición o indiferencia,

otras, desaparecen sin adios ni despedida

 

Las almas desagradecidas

olvidan favores concedidos

-otorgados sin esperar recompensa-

importando poco, valores ni sentimientos

 

En el sendero de la vida,

tarde o temprano, nuestros padres

van buscando la luz

abriendo sus níveas alas

rumbo a la Eternidad

 

Y al final del viaje recorrido,

entre mares, ríos, lagos y montañas,

rúas, veredas, trochas y caminos,

si tenemos suerte...

exclamamos a lo  \'\'inevitable\'\'

-antes de embarcarnos en la nave

hacia lo desconocido-

 

\'\'Hasta aquí hemos llegado...

no hay más derroteros que seguir,

todo ha terminado\'\'

 

Nhylath...

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