Ya no tengo con que coronar tu existencia;
has dado todo de ti para complacer la mía.
…y tras intentos por tu parte de aguantarme,
has venido fracasando a pesar de hacerlo con tanto amor.
Mi lucha ha sido cuna de la amargura;
buscando un mejor pasar para ti y nuestros hijos;
he vivido sacrificando momentos que mas adelante creí poder compensar.
Sabiendo de ti estar más que enamorado;
creí que por sentir como yo siento por ti, nunca te irías de mi lado;
y ahora recién caigo, que existe algo que en una mujer se llama “cansancio”
y que hasta ahí les llega el amor, y retirando su corazón del amor mas fuerte del mundo…
caigo en un pozo del cual si tu no estas no sé salir.
Te has retirado de mi vida,
y si bien entiendo tus razones, y dices no ser rencores,
me hablas del pasado que ya no puedo cambiar.
Me reiteras haber avisado a tiempo que esto podía pasar,
pero solo puedo hacer del hoy un mañana perfecto;
amarte como he debido en cada despertar,
y construyendo con todo lo ya logrado, mas amor para darnos.
Voluntariamente te mantuviste presa de mi voluntad,
mientras yo hacía lo que creía correcto;
luchar como padre perfecto, por un bienestar para nuestra familia.
...y si bien hoy te quejas y me respondes que aceptas tu parte de responsabilidad,
atas mis manos y me abandonas sin que yo pueda actuar.
...y sigues tu marcha, aplicándole dolor a mi alma en llamas,
que te jura y se desvive por hacerte entender;
que si equivocado estuve por amor,
por amor también podré cambiar para no perder a quien tanto amo;
y no es que el cambio sea doloroso, doloroso es no tener oportunidad de cambiar
para hacerte volver a mi lado, así poder volver a sentir, ese amor que me hace soñar.
Te vas alejando, diciendo por mí no querer volver ni sentir más;
y entre llantos, angustia y dolor, mi alma se arruga, y lentamente me deshace el corazón.
Cada parte de mi ser se va muriendo,
y entre manotazos y gritos de auxilio, meto más la pata,
porque mi intento por hablarte de amor y lo que siento por ti, hoy es acoso,
pero la cruel realidad es que solo soy yo quien lucho por ser feliz junto a ti.
…y con mis entrañas en tus manos, desgarrando lo poco que queda de mi,
con un cuchillo sin filo esculpes en mi corazón un adiós que sangra,
mientras veo con impotencia y sintiendo morir, tu frío y doloroso partir.
A.Cuenca.