La mentira esperaba agazapada
Que el amor habitara el corazón,
Para dar sin piedad la puñalada,
tildando de verdad esa traición.
Riéndose ejecutó su cometido
Y luego sin demora se marchó,
abandonó al amor muy mal herido,
Sin poder encontrar una razón.
Agonizó de a poco, lentamente,
heredando a su muerte un gran vacío
Y un corazón que no puede creerte?
Cuando juras estar enamorado,
¡Aquel amor murió siendo un valiente!
¡Pero el corazón quedó acobardado!