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Y nació una flor en invierno,
en esta nieve sin latido,
y me dió su aroma,
a pesar de la inclemencia,
y fue gran incidencia,
que soslayó en penuria,
porque la flor decayó,
y sus hojas en el suelo,
emprendieron vuelo,
y quedó la flor marchita,
sin vida y sin aroma,
y fue mi flor de invierno,
aquella que un día ví,
y tan hermosa como luz,
en el firmamento del cielo,
ay, flor de mi invierno,
claro y con luz del sol,
si en vida tenías luz,
esa que te da y fortalece,
pero es que fallece,
tu esencia y tu fragancia,
y yo lloro tu ausencia,
cuando miro otra vez,
una flor de invierno,
que se la ha llevado,
el viento otra vez,
porque pereció sin amor,
yo la miraba y no le hablé,
la visite y no la regué,
no sé, si yá me perdonó,
mi flor de invierno,
que ahora como la oruga,
se habrá marchado,
para volver a renacer,
en primavera y volver,
a dar su aroma,
por en ella creer.
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