Qué lejos los tiempos de niños, niños tiernos e inocentes
cuando fuimos niños y todo se nos iba en juego,
aquellos tiempos añorados y echados de menos.
No teníamos problemas ni preocupaciones,
sentíamos que todos eran nuestros amigos,
y que la vida era fácil, sencilla y sin complicaciones.
Y paso el tiempo y por consiguiente la vida,
el paso del tiempo nos atrapo y nos envolvió,
avanzo dejo su huella, y nos hizo desear volver a ser niños.
Niños fuimos lo gozamos y apreciamos,
qué ironía de niños queríamos ser adultos,
y ahora de adultos queremos ser niños.
La vida sigue y seguirá con o sin nosotros,
con todo y nuestros problemas y angustias,
es nuestra vida y fueron nuestras decisiones.
A veces tomamos decisiones como si fuéramos niños,
sin preocuparnos por las consecuencias de lo hecho,
de niños no mediamos consecuencias, nos valía.
Pero si tomaste esas decisiones, acepta las consecuencias,
eres una persona adulta, aunque te portes como niño,
¿la vida te trata mal? No te angusties ya vendrá algo mejor.
Acaso cuando eras niño y te golpeabas o caías,
acaso con el tiempo no se te pasaba el dolor,
te levantabas te sobabas y al poco rato ya sonreías.
Pues sigue así en tu vida presente, hoy de adulto,
¿la vida te golpeo, te desilucionaste? pues adelante!!
no te auto compadezcas, deja pasar el tiempo y vuelve a sonreír.
Así como cuando fuimos niños, aquellos gloriosos tiempos,
¿Y los tiempos de hoy acaso no valen la pena?
con todo y todo la vida bien vale todos y cada uno de los momentos.
Nunca dejemos morir ese niño que llevamos en el interior,
él nos permite levantarnos y luchar por algúnos sueños que bien valen la pena,
por eso vivamos la vida de niño y sonriamos con todo a la vida.