Déjame explorar cada una de tus células nerviosas y entender así tu dinámica molecular, comprender quizás aquella enredadera interminable de conexiones, porque me resultas prácticamente indescifrable y ni siquiera las más sofisticadas técnicas de escaneo cerebral me podrán enseñar la ruta para comprender tus pensamientos y emociones. Me pregunto ahora, por qué Brodmann no citó un área específica para el pensamiento femenino, y la respuesta es simple, porque no la localizó. ¿Podré entenderte algún día?