Salvaguárdame de mi mismo,
de ese mi ser tan destructor.
No creerme merecedor,
de tu amor, tu romanticismo.
Odio caer en el mutismo,
alejándome de tu centro,
Arruinando así nuestro encuentro
Por mi desgraciado egoísmo.
Las experiencias ya vividas
No maltratarán nuestras vidas
Son partes del pasados, idas.
Te quiero, amor, inmensamente.
Tú siempre presente en mi mente.
Quiero cambiar intensamente.
Entregándome complemente,
sin temores, abiertamente,
confiándome a ti plenamente.
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