ALVARO J. MARQUEZ

A MI ALMOHADA

No puedo dormir si discuto con mi almohada,
ella es cada noche mi confidente o confesora,
sabe si le oculto algo o si no le escondo nada,
reconoce cuando mi cara ríe y mi alma llora.

Puede que resulte ser una noche muy larga
y el silencio sea como extraña estridencia…
Quizá la música más bella sea la más amarga
y me esté haciendo daño el dolor de ausencia.

Mi almohada sabe todo, es que así es ella…
Me conoce bien desde la cabeza a los pies,
percibe si me asomo a mirar una estrella,
si la miro por ver el cielo o porque tú la ves.

A veces me preparo antes de ir a la cama,
finjo sonreír para que no sospeche de mí
y le digo que ese día me gustó una dama
y entiende de inmediato que hablo de ti.

Pienso entonces en dormir sin almohada,
total, la noche al dormirme va a pasar…
pero ya no puedo y no es por más nada,
es sólo que ya no tengo sobre qué llorar.

Ella me escucha nombrarte en mi llanto
y entiende muy bien lo falso de mi risa,
el silencio estridente aún me suena tanto
y la almohada que nada me cree me avisa.

¿Cómo una simple almohada puede saber?
¿Cuándo permito que en mi alma se meta?
Es que ella es como la luna, que justo ayer
me dijo “sé absolutamente todo de ti, poeta”.

¡Las almohadas no hablan! ¡Álvaro estás loco!
Ah pero ella sí y descubre hasta lo más oculto.
A veces me levanto y me descontrolo un poco
y le digo ¡mentirosa! Y no sé qué otro insulto.

A todos les digo en el día que no he enloquecido,
que ésta, mi cordura, nunca en demencia derivó
y sé bien que me creen cuando digo que te olvido
pero al llegar la noche, noto que mi almohada no.

La noche no es eterna y a amanecer no se niega,
la estrella ya no está y el sol sus rayos extiende,
un beso se me escapa y un pensamiento te llega
y lágrimas caen en una almohada que entiende.

Poema totalmente original de Álvaro Márquez
Nacido en Caracas, Venezuela
Todos los derechos reservados
Publicado el 2/5/2014
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