Con ojos de bravura compungida
Divaga una mirada penetrante,
La Luna cuelga en luces de diamante
Mirando cruenta furia contenida
El hombre anda borracho por la herida
Buscando al que de fémina es amante,
Se exalta trastornado en un instante
Y sufre una demencia inadvertida
El daño lo convierte en miserable
Y en alma y corazón se siente inerte,
Pasando lo que ya era inevitable:
Ataca con puñal y mano fuerte,
La escena se tornó desagradable
Y a aquel pobre cobarde, le da muerte…