Mujer, tú creación divina, obra sagrada de Dios,
Tal vez hoy no sea yo, quien mejor pueda ensalzarte;
Pero tu nombre me obliga, honrarte en mi corazón,
Por ser la fuente de vida, por ser el pan del amor.
Dios te bendijo a ti, y en tu cuerpo puso un vientre,
Te llenó de valentía, para producir más seres;
Muchos que nacemos hombres,
Y la dulzura del mundo otras, como tú mujeres.
Mujer, hay palabras que se dicen,
Para enaltecer tu nombre,
Pero de mi boca a tí, nunca he de llamarte princesa,
Eres lo mejor que existe, por algo Dios te creó;
Y por siempre diré yo, eres del mundo la reina.
Y el universo se goza al saber de tu presencia,
Y desde el cielo las nubes, le cantan a Dios en trova;
Porque sienten la alegría, de cuando te llaman madre,
Mujer que Dios te bendiga, mientras el sol, te aplaude.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita