Recuerdo que una vez me dijeron que debía dejar atrás los miedos, superarlos.
No respondí.
¿Cómo iba a luchar contra mi misma? Mi mente, ella es la kamikaze que me estampa contra el precipicio. ¿Qué tengo que hacer? ¿Destruir mi mente y por lo tanto, morir?
Puede que esa fuera la respuesta. No dije nada. Dejé que el silencio eclipsara la sala.