Tengo tantas preguntas para Él,
pero ninguna respuesta,
si fuera posible tenerlo frente a mí,
le preguntaría por qué la vida es tan molesta.
Por qué toma desiciones
y con ellas nos llena de alegrías
y derrepente cambia opiniones,
y nos cubre una fuerte agonía.
Por qué da, y luego quita,
por qué premia a los malos
y castiga a los buenos
por qué permite que los ricos
se hagan más ricos,
y los pobres se hagan
más pobres...
Por qué decidiste darme esa gran dicha
y después me la arrebataste de las manos..
Perdoname Señor, sabes que no es mi intención
cuestionar tus designios, es solo que aún
no lo he comprendido...
Dicen que tu no castigas, enseñas
y si es así, necesito saber qué es lo que me quieres decir,
qué es lo que necesito aprender
para ser merecedora de lo que tanto anhelo..
Quizá si decifro ese aprendizaje,
podré vivir tranquila,
al haber escuchado tu mensaje,
y pensar que lo que paso tuvo un lugar y un sentido
en este pasaje...