Heridas de placer rasgando el corazón,
dulce,
sutilmente doliendo por tu presencia tan ausente,
serena,
cómodamente habitando mi ser.
Desgaste por quererte a escondidas,
me pierdo
conquistando desde lejos tu sonrisa,
tiemblo
al imaginar tus labios dando un beso
en mi boca,
que te nombra sin que escuches.
Ven,
acércate a mi sentir
que con palabras ya me cuesta confesarlo.
Interpreta mi mirada
que aclama tiernamente por tu abrazo.
Recuéstate a mi vera,
la brisa de mi alma curará toda herida,
calmará el tormento de qué será de lo nuestro,
unirá tu esencia con la mía.
No temas,
libre serás siempre como el viento.
Tu luz jamás se apagará por mí.
No temas,
que callando, cuidarte es lo que intento.
Le mostraría desnuda el alma por tan sólo una caricia,
confesó ebrio mi cuerpo.
No temas,
de a poco me alejo cada vez más de tí.