Ven, vamos al río
que en el bosque nos espera
junto a las flores silvestres
que dormiditas se quedan
junto al rumor de sus aguas
que acarician sus riberas.
Ven, vamos al río
apenas la noche llega
a contemplar sus aguas
salpicando entre las piedras
bajo un cielo brillante
con la luna y las estrellas
y el viento que alegre sopla
entre la espesa arboleda.
Ven, vamos al río
sigamos la misma senda
para besarnos con ansias
como la noche aquella
que volamos entre las nubes
con tus ojos de luciérnaga
que me alumbraban el alma
y la noche se hizo eterna,
mientras el río cantaba
jugueteando con las piedras,
sin las miradas curiosas.
para que nada entorpezca
ese encuentro apasionado
en noche de primavera.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Bajo el Número 55620414
Maracaibo, Venezuela