Decreto la dictadura del amor,
del amor imperfecto, del perfecto imperfecto
del amor con errores; de mis pasiones
y las tuyas, de algunas desilusiones,
el de días soleados y grises
para llegar indemnes al mar de las ilusiones.
Quiero desnudar contigo
mis conclusiones,
decretarnos esta bella tiranía
de amarnos como somos…
Y cuando la barca haga agua
como tantas veces;
tu no abandones el remo
ni yo suelto el timonel o viceversa;
querámonos sin condiciones
y aceptemos que somos
sendas imperfecciones;
si así lo entiendes
vas navegando en el barco
del amor,
salvando los temporales
que se libran en el mar del amar
y algunas complicaciones,
decretemos los dos
seguir este mar de ilusiones.
Hermes.