I
Hasta la escueta brisa del viento
rompe el frágil nido encubierto
en la quebradiza rama que se mueve
con el vaivén del aire muerto.
La luna llora, triste, desconsolada
y las estrellas cantan una melodía.
Tono burlón y seco, voces canoras,
murmullos socarrones la dejan helada.
Y aquél juguete viejo, abandonado,
juega con su suerte viajando
por un mundo que lo ha rechazado
versos tristes los que ha plasmado.
Gritando calladamente en la bruma,
dejando sueños por doquier
tirando diamantes líquidos
que fácil fue soñar.
II
Dejé de escribirle a tu nombre,
a cambio encontré la soledad
no sabes cuánto he anhelado
en completa obscuridad tenerte.
No he dejado por las noches de soñar
has sido mía un sin fin de veces
imaginariamente nada más
algún día, estoy seguro, me amarás.
Rutinariamente veo tus ojos
y en veces, creo que ellos me ven
solo sinsabores y abrojos
imaginariamente nada más.
Escribí rimas simples para ti,
solo por si las querías escuchar
pasa el tiempo, debo marchar
pero que fácil fue soñar.
III
Fuiste lo más espléndido en mí,
digo fuiste, porque es pasado
pero amor, si tú te hubieses quedado
inmensamente sería tan feliz.
Todo lo que empieza acaba,
tarde, muy tarde lo aprendí
tuve que perder tus labios
que ya no son más para mí.
Ayer desde muy lejos te vi,
era un metro más o menos
pero la distancia más larga
es cuando no nos conocemos.
Vi que tus ojos dirigiste hacia mí,
imposible, yo no existo ahí
alucinación, una vez más.
y que fácil fue soñar.
IV
¿Y qué fue de aquél guerrero?
sin saber nada le pregunté
\"cayó por una dama\"
que dolor, yo contesté.
Cuántas letras se han perdido
cuántas rimas por igual
que dolor por los nocturnos
que del olvido no han de regresar.
No solo letras, ni imágenes
mi cerebro volvió a susurrar
también los corazones, por una dama
se pueden envenenar.
Así tome aquel brebaje
y comencé a llorar, mientras
mi cerebro y corazón rezaban:
qué fácil fue soñar.
V
Mi piel soñó que la tocaste
más bien, soñó que te tocó
al contacto tú la despreciaste
por eso ella despertó.
Terciopelo suave color piel,
piel morena que toqué
solo un sueño y nada más
inefables labios yo besé.
Despierta que ya viene
gritaste a media noche
la realidad se avecinaba
y yo sin saber qué hacer.
Desperté con mi almohada,
una sombra, una mancha,
un tropel de pensamientos
qué fácil fue soñar.
VI
¿Y qué fue de aquella miel?
¿Y qué fue de tu entrega?
esa misma noche se acabó
ya solo queda la caricia de tu piel.
Hoy hasta la luna de luto se vistió
de negro se tornó el cielo
color que mi alma adquirió
después de que tu miel se agotó.
¿Hay una razón para irte derrepente?
mataré al hombre escondido en la letra
que te lleva, te enamora y te embelesa
o enterraré el sientimiento que te aqueja.
Es ese, él: eché aquel sentimiento
abandonado en una caja de cristal
a un lugar que elevé, me empeñé
vaya, pero qué fácil es soñar.