La mancha que has dejado
Sobre los recuerdos únicos de ti,
La traición que te ha manchado
No se envejece nunca, escucha: “¡Nunca!”
Por eso lloro…
Ni el tiempo, ni las millas recorridas,
Ni el sueño más hondo que tú has tenido,
Podrán lavar tu conciencia perdida
De esta mancha que fue volcada sobre ti.
Del día y de la noche serás carcomida
Por los susurros mas temibles que hayas tu oído,
Y las lágrimas, como un glaciar en un despojo, serán la lluvia
Que le da a la tierra de beber.
Tú elegiste este camino sin vuelta,
Pensando en tu gloria y el futuro de tus hijos,
Buscando alegría, sin saber que será una tortura,
Y la comodidad de lujo que tanto has buscado,
Se tornara en una astilla en tus ojos.
Te ofrecí el corazón, que podría ser tu fuerte indestructible,
Mis tiempos que me fueron dados en la tierra,
El alma que te soportaría en los tiempos de la angustia,
A mí, un hombre, que a pesar de esta mancha
Que me acuchilla cada día,
Dispuesto estoy a perdonarte, dispuesto estoy a esperarte.
Blanquea las vestiduras que cubren tu corazon de esta mancha
Que ha ensuciado ramales de las rosas
Que te fueron regalados en la esquina nuestra,
Que fue el secreto nuestro, nuestra guarida del amor.
El tiempo como un arroyo no profundo se ha secado,
Y esta mancha, como una maldición, te sigue.
Has sido débil, te perdono.
Pero la vida tuya es peor que la muerte.
Por eso lloro…