He partido, he compartido
felices momentos
junto a mis queridos seres.
Pero, la verdad, es que te he extrañado.
Donde he ido,
mi hermano tiene computadora.
Pero he querido dedicarles
todos los tiempos a ellos.
Ni siquiera he querido
grabar mentalmente
mi contraseña.
Por momentos,
retornaba a mi mente,
ella, esa contraseña,
pero he tratado de borrarla...
Me he puesto a prueba,
diría, de voluntad.
Lo he logrado.
Pero no por ello
he dejado de pensar en ti.
Los efusivos sentimientos
que llevo en mi alma,
he tratado de aplacarlos,
sin dejar de amarte.
No olvides que eres
parte de mi vida.
Ella está colmada de sensaciones.
Mis sentimientos son puros,
reales, sentidos profundamente,
lo sabes.
He llevado felicidad,
y mi gente me la ha otorgado.
Hemos sido felices al
compartir una mesa.
Una mesa familiar amplia,
recordando anécdotas,
sucesos, remembranzas...
Me han puesto al tanto
a través de palabras
e imagenes,
de toda su trayectoria
que realizaron en España.
Hemos visto
fotos y filmaciones
de los hijos de mi sobrino.
Gozar con su inocencia
y simpatía, es un placer...
Entre conversación y detalles,
mi corazón, latente y fuerte, vigoroso,
pensaba a través de sus latidos,
en ti... mi corazón, mi alma,
piensa, siente, mi sangre
se distribuye por mis venas,
con pasión, dulcemente...
esperando volver...
y encontrarme contigo.
Aquí estoy, nuevamente...
junto a ti,
no te he abandonado
en ningún momento,
y espero... que a ti,
te haya pasado lo mismo
hacia mí.
Derechos reservados de autor (Hugo Emilio Ocanto - 04/05/2014)