Yo sé que para ti soy sólo un juego
que tienes que jugar. . . sé que es en vano,
quien tira de la cuerda es tu mano,
y a todos tus antojos me doblego.
Mira si a tanto sólo por ti llego,
que no importa si pierdo o si gano,
más, siento pena pues, tarde o temprano,
te quemaras si te juegas con fuego.
Ya no juegues a la titiritera,
que lo que haces conmigo hará contigo
la persona que ames locamente.
Y me recordarás de tal manera,
que anhelarás los brazos del amigo,
con quién jugaste despiadadamente.