Yo, que te amaba, sembré magnolias de suave perfume
en los huertos reverdecidos por al amor que profesaba.
Yo, que te amaba, sembré retamas, jazmines, rosas;
sembré ilusiones, rojos geranios para colgar en los balcones
que miraban siempre al infinito.
Yo que te amaba, sembré mariposas en el viento,
alegres frágiles, pero en sus alas
llevaban todos mis sentimientos.
Yo que te amaba, rompí caminos, achiqué distancias
con el alma enamorada, ilusionada.
Yo que te amaba, dejé mis lágrimas
en la dunas de tus desiertos.
Yo, que te amaba
Y que solo pude cosechar los cardos de tu desprecio;
que solo veo cómo el camino se hace más largo,
que solo arenas ardientes, que solo abrojos bajo mis pies
sangran mis pasos,
cierro todas mis puertas y ventanas.
Yo que te amaba recojo todos mis lamentos
Y me voy lejos…lejos…muy lejos.