Siento tu mirada
candente y bravía
como presagiando
campal tempestad.
Y luego la luna
al hangar se asoma
y tú estas allí,
sedienta de amar.
¿Como puedo esperar mas?
para cubrirte de amores,
recorrer tu piel desnuda
y volcar mis vendavales
en infinitas pasiones.
Y al despertar extasiado
viendo tus erguidos soles
recoger una vez mas
de tus húmedos jardines
un nuevo ramo de flores.