Esta noche recorro
tu cuerpo austral
desde el polo
hasta el tórrido;
desde el tórrido
al sur…
me descuelgo
hecho un gnomo
por tus castañas lianas
a besarte los labios
a besarte la frente
Y seguir la corriente
de tus pechos calientes.
Suspiro balbuceos
en tu centro
y tu vientre,
me deslizo
en las olas
de tus mansas
corrientes…
Y oigo
tu suave
suspiro
como la
batiente
de un Hermoso
velero
jugar
con la brisa,
feliz,
complaciente.
Miro
Tu mirar
de picara sonrisa
Y te beso la mar
y te llevo
Y te traigo
con
mi soga
y mi toga,
y
el sutil
bamboleo
de las olas
y el viento
y del éxtasis
sensual
de este bello
momento.
No despiertes
mi sueño
que
sin ti
no es Venecia;
ni San Marcos
su plaza
y yo…
no soy tu dueño.
Hermes.
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