Siluetas errantes se
arrastran hacía las sombras del
atardecer. Lluvia de
plumas agrestes.
Pluma sobre puntos suspensivos.
Ojos que hablan palabras
sin eco.
Retazos rojo y azul.
Niños estáticos, aves que
no vuelan. Hálito que baila
con las ramas de los árboles.
Vaivén de luces, tulipanes
escarlata y espejos rotos
rampantes en cada exhalación,
en cada parpadeo, en cada letra que
escribimos.
Pasos sobre lluvia, lejanos,
trémulos, incesantes...
Octavio Aldebarán Márquez.