Cuando he tatuado tu pecho,
con un tul de caricias y besos,
he dejado con ellos mi alma,
envuelta en fervientes deseos.
Y es que las noches son largas,
sin sentir el calor de tu cuerpo.
Entonces abrazo mi almohada
para sentir que aún te tengo en mi cama.
Y la noche se funde conmigo
en sueños de amor y suspiros
y me toma por sorpresa el alba
mientras yo sueño y te vivo.