Si alguna vez sientes que una suave brisa
te acaricia cuando estés dormido,
es mi voz que ha usado como cómplice al viento
para llegar despacito y decirte: amor mío, amor mío.
Si alguna vez, al ir caminando en un día soleado
sientes que te cae una gota de lluvia,
es una lágrima mía,
que quiso volverse rocío para besar tu alma.
Si alguna vez, se te quita el sueño
y des vueltas en tu lecho,
es porque seguro estoy soñando
en un nuevo encuentro.
Y si por si acaso, algún día,
sin darte cuenta te asalta un recuerdo
de los bellos días cuando caminábamos
por senderos abiertos a la ilusión,
será porque en ese mismo instante,
estoy recordándote yo.