(Coplas picantillas)
Yo tengo una vecina
con ojos de escarlata,
la chica está divina
no crean que es recata.
Me mira por encima
en esa escalinata,
se ríe y me lastima
y de rubor me mata.
Se me arrima y arrima
o se agacha y se agacha
y se empina y se empina
¡qué buena es la muchacha!
Si veo que camina
con aires de novata,
miro qué se adivina
o si algo le delata.
¡Qué linda es la pupila,
qué bella es la rapaza!
me sube la autoestima
y a mi nada me baja.
No crean que ella es muda,
la chica es dicharacha
hasta cuando estornuda
¡es una vivaracha!
Mis ojos la desnudan,
un helao es de nata
que rezuma y rezuma
pero que nadie cata.
Esta noche, chiquilla,
yo me tomé un cubata
con permiso hice ¡quilla!
muesca otra en mi culata.