Soneto
Ebúrnea una figura entre la arena
cual escultura griega yo encontré
cauteloso me fui acercando a ella
y con ciertos temores la toqué.
Al tímido contacto de mi huella
aquella aparición se hizo mujer
su atractiva deidad era tan bella
que no pude apartarme de su ser.
Me habló de su abandono y luego yo
también de mis angustias le conté
y fuimos coincidiendo en el amor.
A esa divina diosa me entregué
como se entrega al infinito el sol
gracias mi Dios por darme ese placer.