Hija-hoy te regalo la biblia,
léela,
porque en su páginas
está el manantial de la vida.
Léela,
no sólo cuando la vida,
te haga beber,
su pòcima amarga;
léela tambien,
cuando te dé su desbordante alegría.
En ésta páginas está Dios:
¡ encuéntralo !
Cuando parta,
en mi viaje sin retorno;
léela también,
porque estaré detrás de tí,
contigo leyendo.