Feliz y eterna cantas
derramando en mi alma tus cascadas.
Susurra la lluvia mil canciones
y el río va manando en bendiciones.
Mágica divinidad que fluye y sana,
me llena de energía, me serena.
Plegaria de amor en los arroyos,
gozaré de tu paz y tu energía.
Déjame escuchar tu voz de ninfa,
en esta noche inquieta y solitaria
Devuélveme otro instante más,
a aquella germinal y tibia alberca
en que se creó todo el embrujo.