DAMSYD

E R A ...

Era... Si, era la fresca fragancia de la mañana,

una mañana después de cualquier día lluvioso.

Era la tibia cama donde descansa el cuerpo

luego de todo el esfuerzo en lo arduo.

Era el trinar de las aves al despertar un día.

Era un cielo nublado dejando caer orvallos.

Era el agua y la fuente viva donde amainar instintos.

Era el afluente del río pasando por escombrados caminos.

Era el calor para el frío que cala los huesos.

Era el consuelo en la sombra debajo de un árbol.

Era el rojo atardecer del comienzo de una noche de verano.

Era la luz, la sombra, el aire, el agua... la vida.

Era... Si, era una lista interminable de enunciados.


H. S. S.