Cabalga el temporal
a rachas castiga
con agua y piedra
soberbio el clima.
El pecho se oprime
falta el aire
retorcidas las nubes
se aceleran al pasar.
Pienso sumido en la lluvia
como haré para seguir
los próximos instantes
que pretendo vivir.
Siento el alma
precipitarse
como la lluvia
interminable.
Por qué yo
tengo que dejar el alma
caída en la lluvia
piedra y barro.
Ahí, van en tumultuoso río
mis recuerdos
para ser tragados, poco a poco
por la sed de la tierra.
La tormenta se diluye
entre viento y sol
casi sin alma
sigo caminando a casa.