Guillermo Osorio

SON MENTIRAS

Ella juro que lo iba amar hasta el final del tiempo,

él olvido el antídoto para volverse a enamorar,

y una maldición extraña se apoderaba del cuerpo,

cuando la miraba a ella sin poderla besar.

 

Todas las noches sin ella eran como una esquina,

ella quiso una playa y él no supo donde comprar,

y a la soledad cada fin de mes le daba una propina,

para que no venga como un policía a quererlos multar,

y hubo tantos, tantos policías,

cada año unos cuantos más.

 

Son mentiras que el olvido roba clientes,

son mentiras que el amor no es extorsión,

son mentiras que las mujeres olvidan de repente,

son mentiras que los hombres engañan por diversión.

Otra vez, otra vez una mentira primero,

Amores Eternos que se llaman Soledad.

Otra vez, otra vez los tres Mosqueteros,

Motel, Whisky y Prohibido toman la Ciudad.

 

Después de una epidemia asesinaron al te quiero,

pidió Noches de Bodas y descubrió funerales.

Acaso el azar no tenía que ser sincero,

las mismas historias con los mismos finales,

y tantas excusas, tantas de los dos

como un ateo ante Dios.

 

Entendieron que las promesas no servían de nada

que siempre no existe y jamás es una ilusión.

Se olvidaron como al último tren de la parada,

se cambiaron bien rápido las pilas del corazón,

y de tantas urgencias de curarse los dos

nunca pudieron decirse adiós.

 

Son mentiras que los excesos no crean adicciones,

son mentiras que al pecado le falta la razón,

son mentiras que una cintura no tiene direcciones,

son mentiras que enamorarse no es una profesión.

Otra vez, otra vez al rompecabezas,

a ponerse los viejos zapatos de boxeo.

Otra vez, otra vez a taparse las tristezas

con un nuevo ring para el deseo.

 

Son mentiras, son mentiras

son mentiras, son mentiras

que nadie las va a saber.

 

Las Mercedes 1 de julio 2012